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Una pregunta que todavía esta viva

María Candelaria Torres Caballero
Angélica Ángulo y Neva Kenny
Análisis - Composición Coreográfica
Jueves 31 de Agosto, 2017


                                                Una pregunta que todavía está viva


¿Sabe usted que es un Columbario?
Columbario: Conjunto de nichos en los cementerios de los antiguos romanos, donde se colocaban las urnas cinerarias. [1]

O en palabras más sencillas, cavidades que se encuentran en una pared, en donde reposan las cenizas de los muertos.
Aun así, Columbario, también es la nueva obra de La Compañía Residente de Danza del Teatro Jorge Eliecer Gaitán.
Vi Columbario la semana pasada. Apenas entre a la sala me percate de que los recursos escenográficos eran completamente sobrios. Una maquina de humo tornaba la atmosfera difusa y liviana. Fue esta niebla la que poco a poco empezó a descubrir unas grandes cajas de madera que además de ser altas eran rectangulares, en una pensada aproximación se podría decir que en total había seis cajas. En una de las esquinas delanteras del escenario se encontraba un artefacto el cual, más adelante y gracias a uno de los bailarines, nos daríamos cuenta de que era un generador de sonido. Todo esto se encuentra intacto cuando de repente la obra inicia. Uno de los rectángulos de madera empieza a deslizarse por el suelo. Al moverse el rectángulo revela un cuerpo caído. Este cuerpo se contorsiona a la vez que más rectángulos empiezan a moverse por el espacio. Cada trayecto de la caja equivale a un cuerpo que aparece, poco a poco el escenario se va llenando de cuerpos y las cajas dejan de moverse. (Más tarde se verá que las cajas de madera tenían un orificio en la parte de atrás,  por lo tanto se explica que era de allí de donde salían los bailarines)
Después de crear una atmosfera mágica y misteriosa debido a la aparición espontanea de los cuerpos, se puede notar como estos mediante movimientos contorsionados empiezan a deformarse, a deshumanizarse. Es una obra de danza Butoh. Las contorsiones son lentas, pues buscan sumergir al público en el estado de observación que esta danza japonesa exige. La dilatación del movimiento se vuelve tiempo, y con calma pero sin sosiego estos bailarines crean una línea curva que abraza el proscenio.

Para este momento ya habían pasado siete minutos, es decir que según el coreógrafo Jerome Bel, nos encontrábamos presenciando un inicio. Bel afirma que los primeros siete minutos de un performance son minutos de libertad, pues la audiencia puede aceptarlo todo. Es después de esos siete minutos que el juego con la audiencia se vuelve más serio y crítico. [2]
(Burrows, Beginnings pg. 80)
Pero entonces, ¿En qué consiste un inicio? ¿De qué se compone? ¿De qué se aferra? ¿Cuándo inicia el inicio?

Todas estas preguntas me llevaron a encontrar una cita  de Gabriel García Márquez en donde libremente me permití comparar la literatura con el arte escénico:


“La literatura es un tablero de ajedrez en que uno le explica al lector, desde el comienzo, como va a mover las fichas. Una vez que empieza el juego, no se pueden cambiar las reglas que uno mismo impuso”
(Vargas, 1991 pg. 42)[3]

Además de eso también quisiera traer a colación una cita de una pequeña entrevista de Miguel Torres, dramaturgo y escritor colombiano

-“El inicio es una búsqueda, Si no hay inicio no hay continuidad. El inicio determina lo que va a ser el desarrollo de la obra, este marca el tono de lo que vas a decir, de cómo vas contar. En ese párrafo tu das el tono de cómo vas a contar la historia. El inicio imprime una manera de contar, el inicio es un camino que no se puede traicionar, no se pueden cambiar las dinámicas de narración. El inicio marca una senda, el inicio no quiere decir que uno sepa el final, de hecho uno muchas veces no sabe cómo va a ser el final”
(Torres, Agosto 2017) [4]

Nos encontramos entonces con que el inicio es una especie de pacto con el espectador. Este pacto consiste en la escogencia de una forma de narración, en la escogencia de patrones que serán determinantes. Aun así es importante entender que la narración de una obra no inicia el día del estreno de esta, puesto que esta se encuentra desde las primeras decisiones que tiene un director sobre su creación.
Por ejemplo, en esta ocasión el coreógrafo Jorge Bernal decidió que su obra sería de danza Butoh. De manera inmediata la información actúa como un referente, pues ahora al público le ha sido arrojado el indicio de que vera cuerpos que experimentan estados anímicos completamente intensos, en donde el cuerpo hablará por sí solo, evocando imágenes que desfiguran o cambian la forma física, la forma humana de la corporalidad cotidiana (formas frecuentes y pre establecidas) que tendría un bailarín.
Otra pre-narración que encontramos de parte del creador para el participante es el título. Columbario (recordemos la definición que se encuentra al principio del escrito) es una referencia directa a la muerte. A la existencia de un cuerpo transformado en ceniza.
Con la danza de las sombras y la muerte de por medio, la obra ha iniciado antes de iniciar. La referencia abre un marco que delimita las posibilidades dramatúrgicas, las encamina y les da un contexto el cual actuará como una especie de guía para la audiencia, pues una vez trazadas las reglas del juego, el público podrá jugar con ellas y de esa manera volverse un participante.

Una vez en la sala, el pacto se concreta, puesto que aunque el titulo y el estilo ya estén definidos, siguen siendo campos abiertos. La concreción consistirá en la manera en la que el director aborde su material de creación, y le otorgue a este: matices, formas y sentidos que la conviertan en una creación propia. Una vez en la sala el imaginario colectivo se verá obligado a alinearse con la realidad creativa y las delimitaciones del director, pues ahora nos sometemos a la visión propia de un solo hombre.
Quiere decir que el inicio no es solo un acuerdo, si no que este actúa también como un ente transformador.  El inicio es un des-acostumbramiento de lo cotidiano, es vaciarse para dejarse habitar, pues hay que invitar al público a sintonizarse con el universo abstracto que el director propone. El inicio es como la primera palabra de un idioma, El inicio es la primera cucharada de la sopa. El inicio son unos lentes muy simples que empiezan a engrosarse a medida que el sentido dramatúrgico aparece, entonces todo empieza a verse con nitidez. El inicio es una mutación para el espectador, sacarlo de su estado natural, para entregarlo a la naturaleza de la obra. El inicio es una alineación de imaginarios distantes.  El inicio es una transformación.  

¿Columbario entonces logra tener un inicio?

En mi experiencia personal Columbario teje una atmosfera entre la lentitud y el silencio que dejaba frente al público una pregunta abierta: ¿Qué es lo que va a pasar?  ¿Qué sigue ahora?  Pues las primeras imágenes son como flechas lanzadas que aun no han llegado al blanco. Y es en esa trayectoria donde las posibilidades surgen, y las preguntas demuestran que el inicio a empezado a alargarse hacía la incertidumbre. Pistas y huellas entregan signos de interrogación a la audiencia, todo parece estar dicho pero nada está hecho.

Columnario nos muestra la niebla, conexión instantánea con la nostalgia o la frialdad.
Columbario nos muestra cajas de madera, que enseguida se reconocen como las cajas donde las cenizas de los crematorios son guardadas.
Columbario nos muestra cuerpos lentos que se retuercen, cuerpos psicológicos, cuerpos deshumanizados, cuerpos que están en un viaje, en una travesía.
Columbario nos muestra luces que no se esconden en la tramoya. ¿Serán estas las luces que están en la sala de la morgue, el último momento que tiene el muerto para sentirse vivo, antes de que lo metan al horno?

                               Todo parece estar dicho pero nada está hecho

¿El inicio era el paso de la vida a la muerte? ¿Era una manera de trascender? O tal vez, ¿el inicio era una resucitación? O ¿la llegada al purgatorio, al cielo o al propio infierno?

Columbario trae a colación imágenes que crean conexiones: niebla, cenizas, hombres moviéndose como lombrices en cámara lenta. ¿Es la muerte? ¿Es la vida? ¿Qué es? 
Columbario logra tener un inicio, pues la obra entrega indicios que provocan  preguntas, y en la pregunta nos damos cuenta de que vemos algo que no está completo. Ver un inicio es sentirse incompleto.

En conclusión, un inicio consiste en fijar un pacto, ver un inicio es saber que este no inicia propiamente en el escenario. Ver un inicio es saber que este se aferra de las referencias extemporáneas y las referencias presentes para nacer, para crear estímulos que residan en el espectador como semillas, para que estas puedan florecer a lo largo la obra. Entonces el inicio es finito en tiempo pero infinito en contenido y referenciación.  

El inicio es un tiempo corto que muere cuando crece. El inicio es sentir continuidad, sentir que la obra no se puede acabar porque acaba de empezar.

El inicio es una pregunta que todavía está viva, porque la muerte es el final, y todo final trae consigo una respuesta.





Referencias: 

 

[1] http://www.wordreference.com/definicion/columbario
 

2 A Choreographer´s Handbook, Jonathan Burrows.
 

[3] Alquimia de escrito, Roberto Rubiano Vargas.
 

[4] Miguel Torres, entrevista Agosto 2017.





Bibliografía:

1. http://www.wordreference.com/definicion/columbario

2. A Choreographer´s Handbook, Jonathan Burrows.

 

3. Alquimia de escrito, Roberto Rubiano Vargas.
 
4. Miguel Torres, entrevista Agosto 2017.

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